Translate

jueves, 29 de noviembre de 2018

El sueño de Chávez en Angostura


*La potencialidad de un municipio, enmarcada en sus cuantiosas riquezas, inspiró la visión y guía de un futuro sustentable que aún no se detona en el tiempo.

Por: Miguel Fernández

Sin acercarnos a cifras o detalles técnicos que hagan engorroso un planteamiento que resuena en el tiempo y espacio, como alerta a una generación, aún perdida en los espirales de la carrera cotidiana y el frenesí de la acelerada política del momento, nos iremos a un plano global.
Las realidades están allí, palpitantes, direccionadas de norte a sur, partiendo del complejo hidroeléctrico de Guri, con toda su parafernalia; luego, el complejo de la siderúrgica nacional, aunada a la planta de concentración, planta piloto y toda la infraestructura técnica de explotación férrea. A ello se une un conjunto de base agropecuaria, centralizado en Maderas El Alba, como motor humano dentro de las ramificaciones industriales que darían vida a la Ciudad del Acero.
No todo termina allí, nuestros poderosos ríos con su riqueza aurífera y diamantífera, emanan dentro de la exuberancia de una naturaleza circundante, implicada al turismo. Todo ello, bajo el requerimiento de la proyección y estudio de nuestros técnicos, repetimos, engloba un sueño de crecimiento sostenido.
Corazón de Guayana
Como apéndice del Distrito Heres y luego dentro de la configuración geográfica de municipio autónomo, nadie puede negar que la génesis estructural de desarrollo en el Sur, partió de estos lares con el descubrimiento del Cerro Bolívar, el cual se yergue solitario y depauperado como símbolo del subdesarrollo internacional y nacional. Nacional en el sentido que sólo se preocuparon por la consabida economía de puerto, dejando nuestra zona como el pariente pobre del interior, sin posibilidad de desarrollo. Allí está el cerro Bolívar triste y esquilmado viendo a una Ciudad Piar degradada, y también triste, sin dolientes.
La esperanza no se pierde
¡No! De ninguna manera. El factor humano es el que ha fallado, la riqueza sigue allí y podemos confiar en nuestra juventud y en toda la gente honesta, trabajadora y consustanciada con su terruño.
Ya basta del tradicionalismo político depredador y carente de gerencia, vamos a rescatar la operatividad de lo que se detuvo y alentar lo que viene, aunados dentro del campo técnico, político y popular. Borremos el pasado y confiemos en el futuro. La Ciudad del Acero es posible.


No hay comentarios:

Publicar un comentario