cortesia del llanero socorreño,
Carlos Ron, a quien los dioses le tienen prohibido tener miedo..
Las mieles de mi desgracia
ya no conozco quien soy
tan poco sé adónde voy
pero no olvido la infancia.
I
II
Tengo pan y no tengo hambre Ya no preciso en el
cielo
tengo hambre y no tengo pan si alumbra el sol o la luna
y las penas se me van en
ésta mente de espuma
cuando soy más miserable nada es falso
nada es cierto
se quiebra como el casabe si estoy vivo o estoy muerto
la voluntad y la constancia o simplemente
si estoy
no percato la esperanza así
como el morrocoy
porque no entiendo lo que es dentro de mí me mantengo
y confundo con la fe
pues no sé de dónde vengo
las mieles
de mi desgracia. tampoco sé
dónde voy.
III IV
Siendo como la montaña Ha
comenzado el invierno
y las piedritas del caño huele a tierra mojada
en el desierto me baño
las primeras gotas de agua
y asciendo por la sabana
hacen respirar el suelo
Sal en el guarapo e caña y
de nuevo los recuerdos
el pasado siempre es hoy me
arropan con su fragancia
cuando yo no tengo doy a
pesar de la distancia
porque soy todos los hombres vuelve mi tiempo temprano
y teniendo tantos nombres han
pasado tantos años
yo no
conozco quien soy pero no
olvido mi infancia.
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